Perdices doradas


¿Porque en la frase “vivieron felices y comieron perdices” no comían otra cosa? ¿porque precisamente perdices? al parecer solo es por la rima, aunque también hay otras versiones. Habría que preguntárselo a su inventor Saturnio Calleja, editor y escrito del siglo XIX, y del que deriva la expresión “tienes más cuento que calleja”, el fue, el que terminaba sus cuentos con la expresión “ vivieron felices y comieron perdices y a mi no me dieron porque no quisieron”.
La otra versión tiene su origen en la época antigua, donde las perdices estaban consideradas como algo que solo comían los nobles y ricos, por lo tanto vivían sin necesidades y felices…
Esta es otra de las recetas con las que suelo cocinar las perdices, aunque la favorita en casa (o sea, de mi marido que es el que las come casi siempre), es la receta de perdiz roja. A veces mi cuñado comparte este manjar con él, pero no le pone “pegas” a ninguna, todas le gustan, las haga como las haga.





Ingredientes para 4 personas

- 2 perdices.
- 1 vaso de vino blanco.
- 1 cebolla.
- 1 cabeza de ajos.
- Aceite de oliva.
- Nuez moscada y pimienta.
- 1 hoja de laurel.
- Sal y azafrán.

Cortamos las perdices en cuartos y la doramos muy bien en una cacerola con un chorrito de aceite de oliva.
Añadimos la cebolla troceada, los ajos enteros y el laurel, rehogamos todo y añadimos el vino, dejamos reducir a la mitad y le ponemos un poco de agua, azafrán, sal, pimienta y nuez moscada. Se deja hervir a fuego medio hasta que la carne esté tierna y en su salsa. Durante la cocción le podemos añadir un poco de agua si le hiciera falta.
Una vez la carne esté blanda, la sacamos de la cazuela y pasamos la salsa por el chino o colador y ponemos la carne dentro de la salsa.




"Vivieron felices y comieron perdices"
¡ Buen provecho !

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