Perdices en escabeche


A lo largo de la historia las perdices se han servido sobre las mesas mas nobles y las mas pobres, ya que las comía tanto el monaraca como el furtivo.
En los libros y cuentos, no solo terminaban con la frase “vivieron felices y comieron perdices”, también en las comilonas reales aparecían las perdices en la mesa como un manjar exquisito.
Recordamos al gato con botas que se camelaba al rey halagándole el estómago con “sabrosas perdices” o en el Quijote cuando Sancho Panza dice “Desa manera aquel plato de perdices que están allí asadas, y, a mi parecer, bien sazonadas, no me harán algún daño”( capítulo XVII).
Juan Ruiz, Arcipestre de Hita, en su Libro del buen Amor formó un ejercito de “gallynas e perdices, conejos e capones” para luchar Don Carnal con Doña Cuaresma. Hasta Santa Teresa de Ávila hablaba de “ …esa tierra de bravas perdices…” y después de toda esta literatura nos ponemos a cocinar esta tradicional receta de patirrojas.



Ingredientes para 2 personas

- 2 perdices.
- 1 cebolla.
- 3 dientes de ajo.
- 1 hoja de laurel.
- Una ramita de tomillo.
- Orégano.
- 1 vasito de vino blanco.
- 1 vasito de vinagre.
- 1 vaso de agua.
- 4 granos de pimienta.
- 1 clavo.
- Sal.

Atamos las patas y el cuerpo a las perdices.
En una sartén ponemos el aceite a calentar y freímos las perdices hasta que estén bien doradas, después las ponemos en una cazuela.
En el aceite de la sartén echamos la cebolla cortada en juliana, los dientes de ajo aplastados, el laurel, el tomillo y freímos todo hasta que la cebolla esté dorada, pero sin quemarla.
Echamos el sofrito sobre las perdices, le añadimos un poco de orégano, el vino, el vinagre, el agua, los granos de pimienta, el clavo y sal. Dejamos hervir, a fuego medio, hasta que estén tiernas.
Antes de servir rectificar el punto de sal y de vinagre.
Se pueden comer calientes o frías.
Estas perdices las podemos conservar mucho tiempo, si las ponemos en tarros de cristal, limpios y secos, metemos la perdiz la cubrimos con su caldo, tapamos y dejamos cocer al baño de María durante 20 minutos.




Vivieron felices y… comieron perdices!
¡ Buen provecho !

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